“10 x 10 coleccionismo en formato mínimo” y el “Premio Sie7e x Sie7e”: las últimas iniciativas relevantes surgidas para incentivar a los nuevos coleccionistas de arte a la vez que apoyar el trabajo de los creadores emergentes.
El día 10 se ha celebrado
en EFTI (Escuela de Fotografía y Centro de Imagen, de Madrid) “10 x 10 coleccionismo en formato mínimo”,
una propuesta de Elena Gimeno Dones comisariada por Ciuco Gutiérrez. En la
exposición, celebrada en
la Sala Espacio OFF
de EFTI, participaron 10 fotógrafos emergentes con
10 fotografías cada uno y cada una con una edición de 10 copias firmadas (a 3 €
cada obra para incentivar el coleccionismo de fotografía).

Los jóvenes fotógrafos que han participado son: Hernesto Conhache, Juan Santos, María Sánchez, Irene Cruz, Elena Gimeno Dones, Pollobarba, Abraham Vázquez Belisario, María Latova, Elisa Gonzalez Miralles y Oliver Roma.
En la singular muestra, de un día de duración, se han adquirido casi
todas las obras. En la página de Facebook de 10 x 10 aún se pueden pedir
las pocas obras que no se han vendido. Una iniciativa que seguramente tendrá
continuidad gracias al éxito obtenido.
Otra iniciativa de reducido formato es el “Premio Sie7e x Sie7e”, convocado por 3K Art (plataforma online que
promociona a artistas emergentes) y cuyo ganador ha sido Andrés Alén Sánchez por su obra “Troncal” realizada en técnica mixta (cera, óleo, grafito y betún). La exposición
de las obras galardonadas concluirá el 15 de noviembre y pueden verse en la web
Ante
esta emergencia del pequeño formato me pregunto: ¿Tiene futuro el coleccionismo
en pequeño formato? Es pronto para tener cualquier certeza, pero cada vez es
más frecuente ver estos reducidos tamaños en diversas iniciativas, muestras, ferias,
etc. Y no cabe duda que puede ser muy interesante para los nuevos y jóvenes
coleccionistas, permitiéndoles adquirir piezas originales a un mínimo coste y
crear su colección “desde abajo”, con ilusión y pasión, buscando obras de artistas
emergentes a los que empiezan a apoyar, seguir su evolución a la vez que
aprenden a “descubrir” nuevos valores y enriquecer una colección que puede
acabar teniendo gran valor artístico, personal y económico.
Cada
vez es más frecuente que los nuevos coleccionistas tengan conocimientos
autodidactas en arte; rigen su propia formación, leen mucho , acuden a
exposiciones, ferias y desean ser ellos mismos quienes decidan lo que les gusta
y en quién y qué desean invertir, guiados únicamente por sus propios criterios
estéticos, ideológicos, culturales y negándose a la influencia o consejos de
terceros que ofrecen las obras de sus propios artistas, en un círculo cerrado,
para mantener vivo su negocio no así el arte.
Entramos
en la época de los jóvenes coleccionistas que saben lo que quieren, tienen
gustos propios y llegan con el oxígeno que renueva una atmósfera viciada y la
esperanza de que el Arte vuelva a florecer con libertad y autenticidad, sin
intereses ajenos a la esencia del auténtico arte. El arte que les gusta, les
emociona, es el que buscan y forma su colección.
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